31 d’octubre del 2013

Parlem cap endins

por Santiago D. Risco


En el momento que me plantearon aparecer en uno de los episodios de Les nostres vides dibuixades, el primer aviso iba en línea con la propuesta gráfica de la serie; que entradas atrás en este blog han explicado. Para no redundar, consiste en un minimalismo diegético, donde la línea básica elimina detalles innecesarios y da idea esencial del universo contenido. Este, al ser una realidad cotidiana, requiere aún menos información para dar idea de ese objeto referido, cuando no ocurre que parte del humor reside en cómo encuentran solución en mostrar según qué objetos. Llamémosle el arte del garabato consciente.
De ahí el aviso:

"Nadie se reconoce a sí mismo en su dibujo en Les nostres vides dibuixades, pero sí lo hacen el resto de personas"

Hay algo en la supresión caricaturesca de la mano de Lluís Nadal que hace altamente improbable que la imagen autorreferencial que el sujeto tiene de sí mismo establezca una relación de reconocimiento con esas cuatro líneas.

Por supuesto, a mi me ocurrió de tal modo. Pero he de decir que, esta vez, más gente hizo la observación del escaso parecido entre mi dibujo y yo. Quizás mi imagen autorreferencial sea más cercana a la que los demás tienen de mi. O al revés, y la caricatura anda perdida en el punto intermedio de la insipidez facial. Cabe también la posibilidad de que Lluís exagerara a modo de promoción los misterios de sus retratos muy autorales. Y del mismo modo probara conmigo a forzar los límites de su representación disociativa del sujeto.
No sé, juzguen ustedes:


Creo yo, a pesar de toda la conjetura anterior, que se trata de que a Lluís le ha salido como le ha salido, así, tacatá. Groc son del impulso, del dejarse llevar. ¿Santi?, así, línea aquí, allá, ¿vale?, dale. Forma de trabajar que yo siempre defenderé, sin ella no estaríamos aquí, en este blog, la Xarxa, la nube.

El nivel de aquí te pillo aquí te mato al que llegan no lo discutiré, pues es discordancia creadora en el propio Groc. Pero señalando un detalle técnico de este Capítulo VII en que aparezco, propongo echar un vistazo a la trastienda.

Primero, pongan y péguenle el oído. Ahí, a esa pista de audio que en el capítulo colgado en Internet han procurado aumentarle la compresión para que las capas mezcladas sean más difíciles de distinguir. Internet, participativo, pon tu parte, pon tu tímpano. Ponlo, y fíjate como, estando en una azotea, cada uno habla como que asumiendo una cierta telepatía, o una acústica sobrenatural entre edificios del Passeig de Gracia. ¿Qué ocurre ahí? Tanto, tanto ocurre.

La magia de la postproducción ha jugado al límite aquí, con un sonido tan agradable como el de un helicóptero y muchedumbre hastiada en huelga, para cubrir la diferencia de espacio sonoro que había entre dónde se grabaron las voces y dónde se supone que iban a estar. Ha funcionado, creo yo, aunque ha sido curva peligrosa meter una de las conversaciones con más posibilidad, al introducirme a mí, de caer en el hablar hacia el cuello de la camisa, el atropello y la vocalización holgada, en tal ambiente sonoro. Pero es que aquí se juega a los límites del muñeco de Lego en un Meccano.
"Frame" de Detective, Dígame
En el Capítulo V, David se encuentra en ese no-lugar que es el pasillo de una casa, y que en esa en particular, coincide con la entrada, conque la recepción a Groc films es particularmente alienante. Cuando yo estuve allí, la escenografía era más ordenada que en ese capítulo, supongo que se mantiene así. De igual forma que el póster que tiene la palabra "Breathe" debajo. En él, encima de la palabra hay un bonito diseño de la escuela tumblr donde las raíces y ramas de unos árboles toman la forma de unos pulmones. Lluís, en la diégesis dibujada, resumió el póster en algo que asemeja dos pechos sin pezones y algo como "Breave". Creo que más adelante hablaré de esta jugada del subconsciente. Pero lo que me interesa está ahí al fondo, en la puerta del fondo fondo, la puerta tras la puerta, ese punto meta-espacial, que es donde se grabaron las voces del Capítulo VII.
"Frame" del Capítulo V de Les nostres vides dibuixades
La situación propuesta somos Tòfol y yo en una azotea del Eixample barcelonés, cada uno en un punto diferente, casi dándose las espaldas, mirando a sus cámaras y a la calle en plena huelga, con un helicóptero rondando.

Tófol y yo grabamos todo en una habitación cerrada, cara a cara, sentados, procurando que los ruidos de las sillas no entraran en el micrófono. Durante hora y media, aproximadamente.


Alguna cosa recuerdo de todas las que quedaron fuera, pero de esa hora y media, yo, la verdad, me quedo con los 8 minutos del episodio. Que me vampiricen, me hagan un Marienbad, no me importa mucho. Prefiero el destilado construido. De alguna forma tiene más coherencia que la conversación real. Manteniendo la incoherencia no obstante. La coherencia de la incoherencia.

Aunque quiero dejar un rastro, un pequeño mojón en párrafo, que dé cuenta de esa conversación perdida en la bandeja de archivos del Premiere. Comenzó con la explicación de en qué situación se supone que estábamos: grabando la huelga para un ejercicio con Víctor Kossakovsky, que ahora es una película, que se estrena en el IDFA, en Amsterdam, que nos pasaremos por allí, acaso, olvidaremos la película, Amsterdam, el cine, las anécdotas, los dibujos, y este párrafo.

Eso estábamos haciendo pues. Cada momento yo intercalaba el comentario de no conseguir situarme. Yo seguía viendo una habitación, no sé si había comido mucho o poco, no me mentalizaba; me gustaría ver la imagen de la habitación, reconstruida en la azotea, todo igual, pero nosotros hablando así, encerrados a cielo abierto, huelga alrededor, de cómo ésta se ve o deja de ver; un poco de explicitud poética de saldo. Pero no tanto me salía, Tòfol se encargaba de sacar el tema contextual de la huelga, y ya yo me anclaba más, o comenzaba a divagar. Por la verborrea me cogieron, por ella estás leyendo tanto.

Puedo dar cuenta de la conversación por las veces que se detuvo, unas cuantas, y las veces de mandar parar para reajustar sillas ruidosas, posturas oportunas, y calla que nos solapamos. Yo que sé de qué hablamos, de videojuegos recuerdo en un momento. Mal vicio, todo mierda. Pero viva el AK-47 del Counter, y que Tòfol tiene un carnet de campo de tiro porque un día con unos amigos, por probar, Americana, nunca está de más; otra cosa es meterse a Mosso, que también vale. Pero eh, algún tema más: que a Tòfol lo del ballet le parece fácil, a mi no sé, pero es que me gustan los musicales, y es mi aspiración; pero que con dos cojones lo bailamos sin música y con tutú en blanco y negro si por nosotros fuera; pero visca la anécdota y Rusia. Olé, menos mal que no fue tortilla o bombona. ¿Hablamos del Butano?, lo dudo, qué importa. Os cuento. Colgaba el micro, arriba, se había desconchado la pared de la cinta de carrocero, de grabaciones anteriores, así sabían la posición; dijo Lluís, comprobó niveles, observó un poco, nos dejó en intimidad. ¿Intimidad?, que intimidad si estamos rodeados de manifestantes, ¡mira!, los periodistas, comienza el capítulo, no sabía yo, ¿cuándo fue esto?

En realidad apetece trastienda. A mi izquierda, en la estantería, mientras se coloca el micro, como siempre hago yo, y cualquiera, ¿no?, remiro lo que por ahí hay. Los Soprano, caja entera, no sé, ¿hablará Lluís de eso en algún capítulo futuro, rozando su odiada posmodernidad, forzando su límite? Están los tomos de En busca del Tiempo Perdido de Proust, que se los tengo que pedir, que de biblioteca me caería penalización seguro, la amistad no conoce retrasos. Él dice que hay que leérselos del tirón, pero bueno, que también dice que el Ulises, que estaba una balda más arriba, no es tan complicado. Háganle caso, láncense a los caminos, ¿por qué no? Cosas de cine, por ahí también, libros, el de entrevistas por primeras películas a directores, Notas del cinematógrafo quizás, probablemente, pero seguro que sí Esculpir en el Tiempo; y viva Rusia, otra vez. No sé si mencionamos en la conversación el toque soviético de Tòfol, pero en el Capítulo VIII hay rusas. Todo encaja aquí.

Pero no, saltemos al interés, qué no-lugar era este para grabar, que era tan lugar en realidad. A mi derecha, amortiguando ondas sonoras, pero que el eco se mantuvo ahí y dio problemas en postproducción, hay una mullida cama doble. ¿Capítulo IV? Ah, no sé, quizás, pero con tanto espacio el brazo no tendría que ser un problema; vivamos en la incertidumbre, y no seamos tan cotillas. Pero sí, el cuarto de Lluís. Por cierto, dos puertas más atrás en el pasillo de antes, era el estudio donde hacían de demiurgos de este delirio gráfico. Ahí me hicieron ver el primer montaje del Capítulo VII, grabaron la reacción, fue fútil; mi dibujo es más expresivo que yo. En la pizarra blanca había crípticos nombres para los futuros capítulos, recuerdo alguno, pero no que estuviera Corea, a lo mejor lo tenían como "chica" a secas. No sigo, secreto, spoiler, me matan.

¿Dije Proust antes, no? Yo creo haber encontrado la magdalena tardo-adolescente pegada en una de las paredes de ese cuarto en huelga. Una foto colgada. Aprovechemos Internet. 

<<Les nostres vides dibuixades és una serie d'animació realitzada i produïda per GROC per a La Xarxa.>>

Entren en GROC, bueno, no Groc GROC, GROC página de facebook: Groc filmmakers. Un círculo amarillo de minimalismo libre pero, arriba, foto de portada, bella mazorca. Eso era, una magdalena que es mazorca. Mirada perdida, ríos echados. El motivo último por el que hacer esto. ¿Para qué tanta tarjeta? Esos garabatos, ¿promoción?, todo por la Ronda.

David: una frase, pequeña, Capítulo VII (7'30"), la clave ahí: él sabe por qué está en esa silla. La próxima semana todos sabremos por qué están en unos taburetes mohínos.

Todo por Rusia. O donde sea, si acabará siendo Mallorca. Toda la ocupación del tiempo perdido. Yo y este texto, trastienda de un capítulo, labor promocional, la buena intención. Pero el Capítulo VIII (que podréis ver el martes que viene), termina en un gesto que le pega el giro a la serie.

No sé si enfocará todo en misma actitud, al otro lado del limbo, los calzonazos enfrente. Pero yo de eso no sé, tendrán que esperar, que a mi sólo me han ennegrado hasta el siguiente. Y yo con esas cosas, además, no tengo problemas, que soy Ryan Gosling.

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Contingut relacionat:

(Texts i entrades)

El no-lloc, la confluència i el Capítol V !
Capítol IV


(Veure Capítols esmentats)

Capítol VII
Capítol V
Capítol IV


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2 comentaris:

  1. Da ganas, tengo ganas, de seguir viendo y escuchando, e incluso leyendo, esta serie Groc Amarilla cálida, luminosa, inpactate e innovadora.

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